Escribo estas líneas en momentos en que conmemoramos al mas grande pensador socialista de Latinoamérica, José Carlos Mariátegui La Chira, hombre tenaz que pensara que la democratización de la economía era (es) el requisito fundamental para la construcción de una patria “más justa y digna” (y nosotros acotamos: ¡más nuestra!), esas ideas siguen vigentes y como tarea a cumplir para todos aquellos que levantamos las banderas socialistas. Por eso, cuando vemos un gremio de empresarios (banqueros, mineros y demás) agrupados en la CONFIEP, que por años no han compartido la riqueza con la nación que los viera nacer, acumulando durante las épocas de bonanza grandes utilidades, producto de sus rentas antes que de su productividad, haciendo que muchos de ellos se encuentran ubicados entre los más ricos del mundo (con una fortuna de casi 10,000 millones de dólares equivalente al 16% del total de nuestras reservas nacionales y están en manos de 6 familias) y son estos, los ricos, los que solicitan ayuda económica estatal (dinero de todos los peruanos) nos parece una desvergüenza.  

Mientras hoy, de espaldas a sus antiguas ideologías, piden socializar el dinero producto del trabajo de todos los peruanos, aportados mediante los impuestos y tributos, para que ellos puedan sobrevivir, ¡tremendo descaro! Es decir, apuntan a la socialización de las pérdidas y la individualización de las utilidades. En este momento que escribimos estas líneas, ya el BCR aprobó un aporte de 30,000 millones de soles para asegurar la cadena de pagos con una tasa de 1.25% para los préstamos a los bancos, lo que indica que estos ya aseguraron sus dineros y la pusieron a buen recaudo, obligando al BCR tomar esta medida. Dinero de todos los peruanos aportando a intereses privados de pocas familias para evitar sus pérdidas. Además aseguran desde el gobierno que más de 350,000 empresas se beneficiarán y de ellas el 89% serán las MYPES, pero lo que no dicen es qué parte de ese millonario dinero les tocará a las pequeñas empresas, estamos seguros de que pocos se beneficiarán con mucho y muchos con poco; y lo que es peor, es que será con el dinero de todos los peruanos. El gobierno neoliberal de Vizcarra ya no habla de las AFPs a quienes ha permitido mantener su lucro con dinero de los trabajadores y no permitió su devolución, simplemente no promulgó la Ley, con el silencio cómplice de sus acreedores (los accionistas del monopolio de los medios de comunicación también son accionistas de las AFPs). Hace instantes la ministra de trabajo y promoción del empleo en una falta clara a la verdad declaró que el despido arbitrario durante esta pandemia, mascarado con la frase huachafa de “suspensión perfecta” es sólo para las microempresas, lo que no es cierto, están permitiendo los despidos en plena crisis sanitaria violando tratados internacionales como el de la OIT. ¡Estos criminales tienen que ser castigados con cárcel y por traición a la patria!

Los neoliberales peruanos, vía su gobierno, vienen implementando una dictadura pandémica para lograr el máximo beneficio hacia sus intereses, pagado con el trabajo y sacrificio de los peruanos más empobrecidos, los trabajadores, como lo informamos líneas arriba, en esas circunstancias, quepa decir que, no podrán detener las contradicciones producto de sus propias acciones descaradas y de hurto, en estas condiciones la quiebra del país está más que asegurada, por responsabilidad entera de los ricos y la oligarquía timorata y vende patria, y el pueblo no se quedará tranquilo y el desborde popular, bajo la dirección de los principales gremios nacionales, abrirá el camino a la necesidad de construir una nueva etapa en la historia del Perú (nosotros lo llamamos refundación de la patria) y se hace más vigente y palpitante al pasar los días, y cesarán cuando un pueblo consciente avance hacia un nuevo modelo social, que tenga la esencia socialista, y que será plasmada en una Nueva Constitución Plurinacional y Popular. Así es que no piensen que están ganando ustedes señores neoliberales.

#hastalavictoriasiempre

Ayacucho, 16 de abril de 2020